lunes, 31 de enero de 2011

La vida es un constante regalo de oportunidades

El título de éste comentario es muy importante para mí. Posiblemente no lo entiendan a simple vista, en efecto, requiere más de una leída para comprender la importancia de la palabra oportunidad, en ese contexto. Hace un buen tiempo en la televisión, pude ver la película Todopoderoso 2. En la cual, un exitoso y reciente congresista tuvo la importante tarea, encomendada por Dios, de construir un arca; en la que, debía albergar a todos los animales debido a un fuerte diluvio que iba a azotar la ciudad en donde vivía éste congresista.

Resulta que como es lógico, las personas de su entorno, incluso las más cercanas, no creyeran en su palabra. Claro está, luego del suceso, todos sin excepción, confiaron en él. Sin embargo, a mí me llamó poderosamente la atención, una simple parte en la que posiblemente hayamos dejado pasar desapercibida por su simpleza, pero que guarda en ella una excelente lección de vida. Y es que cuando la esposa de este "Noé" lo deja, por motivos de su pésima aparición en el congreso, se encuentra con Dios -que es representado por un reconocido actor americano- en un restaurante y le pide consejo sobre lo sucedido por su esposo.

Las palabras que usa el guionista para ésta película son exactas en cuanto a su contenido esencial del cristianismo. Dios, representado por este actor, termina diciendo lo siguiente: Dios da la oportunidad de todo: si le pedimos a Dios que nos de amor, ¿acaso Dios no nos da la oportunidad de amar?. Si le pedimos a Dios que nos de paciencia, ¿acaso Dios no nos da la oportunidad de ser pacientes. Si le pedimos a Dios que nos de dinero, ¿acaso Dios no nos da la oportunidad de mejorar en nuestro trabajo haciendo las cosas bien para así llegar a un buen puesto y ser siempre un buen ejemplo?.

Considero que podemos hacer una frase común en la cual sea así: Si le pedimos a Dios que nos de X, ¿acaso Dios no nos da la oportunidad de tener ese X? Entonces, ¿acaso no son atendidos todos nuestros pedidos? Cuando vamos a la Iglesia y pedimos como niños desobedientes ante su padre, ¿acaso Dios no nos da constantemente la oportunidad de mejorar?. Lo que hay que hacer siempre es mejorar. Y es que nuestra vida justamente se trata de un constante regalo de oportunidades. Si nos pusiéramos a contar todos los momentos en los cuales hemos tenido la oportunidad de contestar a aquél amigo de trabajo con una sonrisa, no podríamos determinar el número exacto porque Dios es infinitamente bondadoso. Con lo cual, matemáticamente hablando no podemos determinar un número infinito y así entre otras cosas.

¿Acaso no creen que Dios, constantemente nos ayuda y nos da la oportunidad de ayudar a otro cuando este nos necesita? Y es así, como Dios se muestra ante nosotros, haciendo cadenas, porque sin ellas no podríamos vivir en un mundo en donde todos nos pintan que consumamos. El mundo es así, gritan los liberales, entonces, nosotros debemos ser algo más que el mundo.

Hace un fin de semana leí algo interesante sobre antropología. Nosotros no nos damos cuenta de algo que necesitamos. Todas las personas tienen un yo interior, tienen un núcleo que es la intimidad. La intimidad es algo que está dentro de nosotros y nadie puede saber de él porque aún no podemos comunicarnos por ondas cerebrales. Yo voy a saber de la intimidad de alguien cuando éste me lo diga y aún así, podía haber margen de error, ya que no somos perfectos.

Ahora bien, esa intimidad tiene que exteriorizarse a través de algo, el cual, arriba en un dar. Si seguimos el orden lógico determinamos lo siguiente: si nosotros tenemos una buena intimidad, es decir, nuestra intimidad es sana, entonces podemos dar, a través de la manifestación algo bueno. Caso contrario, si tenemos pura malicia en nuestro interior, nuestra manifestación será en un dar negativo.

Considero que las personas debemos cambiar constantemente. Hace un par de días he comenzado a leer un libro sobre el sentido de la urgencia y el autor que es un gurú de la Universidad de Harvard, señala que las personas deben estar en un constante sense of urgency, ya que el mundo ha cambiado su forma de ser. Antes cuando halábamos de una fusión entre empresas, la mirábamos como un giro importante de la misma acarreando consigo un sin número de cosas. Ahora esto se ve cada día y ya no es algo importante sino, se esta convirtiendo en un ciclo rutinario de las empresas.

Podemos tomar aquella lección, para entender que si no nos preparamos en la vida al final de cuentas, la misma vida nos guía hacia la puerta de salida, pero ésto será desarrollado en mi próximo comentario.

Finalmente, luego de haber estado en un balneario excelente como es Wakama, considero que debemos poner en práctica en no pedir cosas sino pedir a nuestro padre Dios oportunidades para mejorar. No es lo mismo pedir a Dios que deje de fumar, a que lo haga yo mismo. Es por ello que debemos fortalecer nuestros conocimientos y lo más importante nuestra voluntad.




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