jueves, 30 de septiembre de 2010

Los intereses encontrados dentro del mercado del enemigo

El día de hoy me di cuenta de algo muy importante, los intereses dentro del mercado del enemigo. Me explico.

Estábamos en una reunión y se sentaron juntos los del grupo A (a los que denominaremos los del mercado sangriento). Mientras que -por cuestión del destino- el grupo B (a los que denominaremos el mercado de la amistad) se sentaron juntos y en frente del grupo A.

Entonces la figura es así: en el lado derecho se encuentran los del mercado de la amistad y en el lado izquierdo los del mercado del enemigo.

Ahora bien, ya que tenemos a los dos grupos de mi teoría frente a frente y en una mesa rectangular, sólo nos faltaría un elemento para la explicación de mi teoría, el cual es la historia de los grupos.

Hace un buen tiempo, las personas del mercado de la amistad, eran envueltas en una inmensa alegría, habían eliminado a un ente que carcomía los fuertes cimientos de nuestro trabajo, luchamos hasta el fin y fuimos victoriosos. Sin embargo, por cuestión del destino, la felicidad de nuestro trabajo se vio envuelta en una nueva lucha, nuevos enemigos habían logrado vencer las barreras de nuestra eficiencia y se mostraban seguros de poder ser como el grupo de la amistad.

Obviamente no fue así, son viejas burlonas y quejosas, mañosos y flojos, enfermos mentales y psicópatas. Con estas personas trabajamos, la verdad es que con mi poca experiencia, he aprendido a convivir en una jungla; viendo el lado "positivo" de la jungla, es que puedo diagnosticar la personalidad de una persona en segundos.

Pues bien, más o menos han podido observar cómo la historia se va desarrollando. A la fecha, no somos ni seremos amigos dentro de aquél trabajo. Por lo que a estas viejas quejosas las he denominado el mercado del enemigo.

El mercado de la amistad es totalmente diferente, reina la paz y la tranquilidad, las bromas de buen sentido y las carcajadas a la hora del almuerzo. Pero, como bien señalan los experimentados, la vida no es hermosa, es una competencia y al ser competencia, implica un ganador y un perdedor. No es necesario decir que a todos nos gusta ganar, pero dependerá de la forma en que ganemos, ahí está la diferencia.

Hace unos días me molesté con un amigo, él también se molestó conmigo, por lo tanto, ambos estamos peleados. La descripción tan singular de unos amigos molestos, es que ambos somos parecidos y nos cuesta volver a la normalidad, no sin antes ver al otro disculpándose.

Describía de tal forma nuestra pelea, para que se den cuenta de lo difícil que es mantener una amistad dentro de un trabajo incluso fuera de éste, y es que por cosas muy insignificantes, la amistad puede verse suceptible de romper, volviéndose un fastidio estar cerca de la otra persona. Es por ello, que la amistad dentro del mercado tiene un costo altísimo y es algo insignificante como tal. Para algunos creerán que, en el grupo de la amistad, la relación es buena, pero ésta puede ser un desastre en la medida de la hipocrecía, pero este no es el caso.

Como seguía diciendo, los costos de mantener una amistad en el mercado de la amistad es altísimo, pero en cambio en el mercado del enemigo, los cotos de mantener la amistad son costos mínimos en realidad cero. ¿Por qué? por una simple razón, mientras más veles por tus intereses, dejas de lado los valores y hasta la amistad de tus compañeros, por ello los costos de mantener una amistad son cero, ya que valoran más sus intereses que la amistad del prójimo. En opinión considero que debería de preocuparnos esta situación, nos estamos convirtiendo en egoístas y nadie nos lo dice.

Por ello, dentro del mercado del enemigo vemos que la amistad al no costar nada, crea una situación de puro interés y podemos estar felices, luego de un momento me puedes chantajear y luego del arreglo, seguimos normales. Esto es lo que sucede en ése mercado.
Finalmente, mi teoría es la siguiente: en el mercado donde la amistad no significa absolutamente nada, conduce a olvidarnos sobre aquellos principios que desde niños fomentamos, desarrollamos y vivimos justamente por la amistad del prójimo. No obstante, los costos de mantener una relación de amistad son costosísimas, con lo cual, deja de ser algo importante y lo mandamos a la cajita del olvido. Más barato, económicamente hablando, hubiera sido no mantener una relación de amistad ya que por un suceso insignificante muere lo logrado, sumando tiempo y gastos como por ejemplo: conversar, tomar una bebida, etc.

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